La lectura de esta novela de García Márquez (1927-2014), nos ofrece en cuanto a su forma, una puesta en escena moderna, diferente y amena que, ayudada por la fluidez de su rico léxico, nos transporta, sin esfuerzo, a otra época y otros lugares. Nos lleva a unos históricos hechos que desarrolla el autor arropado por una desbordante fantasía y con su peculiar maestría, revivimos, de nuevo, retazos de una historia, que por bien de la humanidad, no se debería haber producido. Creo que no hay neologismos y muchas de las palabras y expresiones, forman parte del “hablar y saber del pueblo”, que García Márquez toma de la memoria de su infancia, y también, de su cotidiano entorno. Cuando narra estas historias, parecen que salen al trote y como producidas por una necesidad imperiosa, después de haber sido sujetadas con riendas de acero, por un miedo y una impotencia, consecuencia de la más pertinaz ignorancia y deseo de supervivencia, durante siglos. Supersticiones, represiones, ignorancia, engaños, abuso por los poderes fácticos, tradiciones y traiciones, torturas, esclavitud… Muchos demonios reunidos, antes y después del amor, es decir, en su propia atmósfera, harán de esta novela una inolvidable lectura, y nos hará pensar que la función de un buen “escribidor”, es además de visionaria y creativa, muy comprometida y arriesgada. El escritor narra el pasado con otra perspectiva. Él creo que debió especular: “Hemos adelantado algo…, quizá se escapen de mi realidad y mi imaginación, cosas muy importantes, pero lo que sé e intuyo, lo debo desarrollar y denunciar. No se deben repetir, tantos abusos, tanta maldad, tanta ignorancia”. Su interés y su conocimiento de la historia que se le ha legado y que sirve de testimonio, unidos a su creatividad, harán que logre estremecernos y conoceremos con detalles minuciosos, lo que pudo pasar y que en su tiempo real, no se podía ni nombrar. “Del amor y otros demonios”, se lee sin pestañear. Es una narración llena de historia, con fantasía y muy descriptiva y fotográfica. Ves a todos los protagonistas, escuchas sus voces, sus gritos que retumban en los ámbitos y paisajes, que se nos van presentando. Yo creo que Gabriel García Márquez debió de sufrir mucho cuando escribió estas historias paralelas, pues era persona muy sensible y nos transmitió de modo muy real y como si estuviese viviéndolo él, todo lo que puede llegar a sufrir alguien sin libertad, sin el más elemental cariño y sin que nadie sienta el respeto que se le debía. Conocemos unos hechos que, por lo crueles, nos parecen fuera de la racionalidad, y al mismo tiempo se nos muestra, que incluso en esa barbarie, puede anidar el amor. En medio de castigos, abusos de poder, con tanta tortura, con tanta omisión, vivimos un amor que representa una sorpresa para los protagonistas y también para nosotros los lectores que hemos elegido la novela de Gabo y que mostrándonos el vacilante y paradójicamente, firme, primer amor, nos hace olvidar los terrores y temores que no dejan de pulular en el contexto, intrigándonos y asombrándonos, tanto en su evolución como en su resolución final. Guillermo de Torre, se equivocó al devolverle su primera novela “La hojarasca”, y decirle que se dedicara a otra cosa. La verdad es que se puso en evidencia como muy mal crítico y también como editor. Nosotros hemos tenido la suerte de leer y atesorar las obras de García Márquez y, gracias a que él sabía lo que quería, no hubo ninguna fuerza que lo pudiera detener.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
ResponderEliminar“DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS”
La lectura de esta novela de García Márquez (1927-2014), nos ofrece en cuanto a su forma, una puesta en escena moderna, diferente y amena que, ayudada por la fluidez de su rico léxico, nos transporta, sin esfuerzo, a otra época y otros lugares. Nos lleva a unos históricos hechos que desarrolla el autor arropado por una desbordante fantasía y con su peculiar maestría, revivimos, de nuevo, retazos de una historia, que por bien de la humanidad, no se debería haber producido. Creo que no hay neologismos y muchas de las palabras y expresiones, forman parte del “hablar y saber del pueblo”, que García Márquez toma de la memoria de su infancia, y también, de su cotidiano entorno. Cuando narra estas historias, parecen que salen al trote y como producidas por una necesidad imperiosa, después de haber sido sujetadas con riendas de acero, por un miedo y una impotencia, consecuencia de la más pertinaz ignorancia y deseo de supervivencia, durante siglos.
Supersticiones, represiones, ignorancia, engaños, abuso por los poderes fácticos, tradiciones y traiciones, torturas, esclavitud… Muchos demonios reunidos, antes y después del amor, es decir, en su propia atmósfera, harán de esta novela una inolvidable lectura, y nos hará pensar que la función de un buen “escribidor”, es además de visionaria y creativa, muy comprometida y arriesgada.
El escritor narra el pasado con otra perspectiva. Él creo que debió especular: “Hemos adelantado algo…, quizá se escapen de mi realidad y mi imaginación, cosas muy importantes, pero lo que sé e intuyo, lo debo desarrollar y denunciar. No se deben repetir, tantos abusos, tanta maldad, tanta ignorancia”.
Su interés y su conocimiento de la historia que se le ha legado y que sirve de testimonio, unidos a su creatividad, harán que logre estremecernos y conoceremos con detalles minuciosos, lo que pudo pasar y que en su tiempo real, no se podía ni nombrar.
“Del amor y otros demonios”, se lee sin pestañear. Es una narración llena de historia, con fantasía y muy descriptiva y fotográfica. Ves a todos los protagonistas, escuchas sus voces, sus gritos que retumban en los ámbitos y paisajes, que se nos van presentando.
Yo creo que Gabriel García Márquez debió de sufrir mucho cuando escribió estas historias paralelas, pues era persona muy sensible y nos transmitió de modo muy real y como si estuviese viviéndolo él, todo lo que puede llegar a sufrir alguien sin libertad, sin el más elemental cariño y sin que nadie sienta el respeto que se le debía.
Conocemos unos hechos que, por lo crueles, nos parecen fuera de la racionalidad, y al mismo tiempo se nos muestra, que incluso en esa barbarie, puede anidar el amor. En medio de castigos, abusos de poder, con tanta tortura, con tanta omisión, vivimos un amor que representa una sorpresa para los protagonistas y también para nosotros los lectores que hemos elegido la novela de Gabo y que mostrándonos el vacilante y paradójicamente, firme, primer amor, nos hace olvidar los terrores y temores que no dejan de pulular en el contexto, intrigándonos y asombrándonos, tanto en su evolución como en su resolución final.
Guillermo de Torre, se equivocó al devolverle su primera novela “La hojarasca”, y decirle que se dedicara a otra cosa. La verdad es que se puso en evidencia como muy mal crítico y también como editor. Nosotros hemos tenido la suerte de leer y atesorar las obras de García Márquez y, gracias a que él sabía lo que quería, no hubo ninguna fuerza que lo pudiera detener.
ALICANTE 2/03/2016
Mª Jesús Ortega Torres